El sueldo es importante para muchas personas que ingresan hoy a trabajar, pero hay algo que los jóvenes no nos dicen que es, quizá, más importante: la oportunidad de capacitación y desarrollo.
El aprendizaje permanente ya no es un lujo, es una necesidad. Los jóvenes en promedio tendrán de 8 a 10 puestos cuando lleguen a sus 30 años, y habrán sido despedidos o habrán renunciado de tres a cuatro veces para sus 50. La capacitación y el reciclaje de aptitudes profesionales son esenciales para mantener sus habilidades.
¿Qué es el entrenamiento o la capacitación? Es un programa planificado diseñado para mejorar su rendimiento, ya sea que esté trabajando individualmente o como miembro de un equipo. Consideremos solo algunos de los varios beneficios del entrenamiento: agudiza habilidades técnicas, desarrolla la base de conocimientos, mejora la forma de interacción con gerentes, clientes y otros trabajadores, promueve una mayor innovación, le permite practicar para que pueda desempeñarse a niveles cada vez más altos, lo convence de realizar bien su tarea dentro de la empresa y, lo mejor, lo compromete con la causa de la organización.
Supongamos que estamos tratando de forjar una nueva habilidad en nuestros colaboradores. Para tal efecto, mínimamente tendremos que incorporar 4 características esenciales.
1. Fijar objetivos muy bien identificados. Los trabajadores se desempeñan en una variedad amplia de entornos y culturas internas de la empresa. Los mejores programas de entrenamiento son claros acerca de sus objetivos, puesto que así se apunta qué área se busca optimizar.
2. Objetivos desafiantes. Trazar un proceso a través del cual existan niveles de dificultad a medida que se avanza en el programa de capacitación. A medida que elimine con éxito cada uno de estos obstáculos, su confianza en terminar el programa aumenta.
3. Modelar el comportamiento. Puedes aprender mucho observando a los demás. Imitamos las acciones de otras personas para resolver los problemas que nos importan. Existen maneras de enfrentar obstáculos ya comprobadas, es inútil querer innovar totalmente. El aporte vendrá de manera personal por cada trabajador que le pondrá su toque peculiar. Por ejemplo, promociones, aumento de ventas o atención al cliente.
4. Usar un modelo. Escoger a ese alguien que ha sido visto como competente, poderoso, amigable y, además, tiene un alto estatus dentro de una organización. Este proceso es más efectivo cuando el modelo es similar a los capacitados en edad, sexo, estado civil y nacionalidad. Debemos elegir varios modelos que muestren los comportamientos oportunos para llevar adelante una acción de forma clara y detallada, repitiendo la cantidad de veces que sean necesarias.
Luis Trino
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